Un hombre cubierto de sangre se lanzó de cabeza a la piscina del monumento conmemorativo del 11-S en Nueva York y deja a los testigos allí presentes horrorizados.
El rastro de sangre, perceptible al teñirse la piscina de rojo tras el avance del individuo, proviene de una herida en la cabeza que se hizo anterior tras aventurarse desde una altura de 30 pies (nueve metros) a la cuenca del monumento.
La policía de Nueva York se dirigió al lugar de los hechos después de que un agente de la Autoridad Portuaria presenciara el salto del hombre a la piscina conmemorativa, al cuál sobrevivió. Por otro lado, los Bomberos rescataron al hombre del agujero.
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No se sabe del todo aún porque el hombre tomó la decisión de precipitarse. Se informa que le dijo a uno de los agentes que «lo hizo por su padre» antes de ser llevado rápidamente al Hospital Bellevue, quejándose de «dolor de espalda» y una pierna lesionada.
Reportes indican que el individuo se enfrenta actualmente a posibles cargos penales y se encuentra bajo custodia.