Este otoño, cuando los científicos planeaban una expedición en México para contar los ejemplares de uno los animales más amenazados del mundo, una tímida marsopa llamada vaquita, temieron que no quedara ninguna por encontrar. El último recuento, en 2019, calculó que solo quedaban unas diez.
Al mismo tiempo, los pescadores de la zona se preparaban para salir con las redes ilegales que, según los científicos, están llevando a las marsopas a la extinción: paredes de malla que cuelgan en posición vertical bajo la superficie, hasta seis metros de profundidad y que se extienden a lo largo del equivalente a varios campos de fútbol americano.
Llamadas redes de enmalle, atrapan camarones y peces. También enredan a las vaquitas, ahogando a los mamíferos. Los investigadores afirman que las redes son la única causa conocida del catastrófico declive de la especie, pero deshacerse de ellas ha resultado ser todo un reto.